El consumo de pan cae en Colombia: entre críticas al gluten y el impacto de los impuestos saludables

El pan, uno de los alimentos más antiguos y emblemáticos de la humanidad, ha sido objeto de crecientes críticas en los últimos años. Más allá de las habituales acusaciones relacionadas con su contribución al aumento de peso, ahora enfrenta cuestionamientos debido a su contenido de gluten, al estar elaborado mayormente con harina de trigo. Este hecho lo contrasta con alternativas consideradas más “saludables”, como las elaboradas con avena o almendra. Adicionalmente, los constantes aumentos en la inflación alimentaria han contribuido a una disminución del consumo global de pan, una tendencia que también se refleja en Colombia.
De acuerdo con un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el consumo mundial de pan ha disminuido cerca de un 10% durante la última década.
En el caso de Colombia, cifras de la firma investigadora Sectorial revelan que el valor agregado del sector panadero y molinero cerró el 2023 con una contracción anual del 4,6%. Esta situación se agudizó en el primer trimestre de 2024, con una caída interanual del 11,6%.
Entre los factores que han contribuido a este panorama, se destacan las regulaciones que exigen etiquetados de advertencia por altos contenidos de grasas, sodio y azúcares, además del impuesto saludable del 15% aplicado a productos ultraprocesados. Estas medidas han impactado principalmente al pan industrial, mientras que el pan artesanal, producido a diario en las más de 17.000 panaderías de barrio del país, está exento. Sin embargo, otros productos de pastelería vendidos en estas panaderías no han escapado a las restricciones, lo que ha elevado los precios y desincentivado su compra.
Fotografía tomada de: Levanova