Albania nombra a Diella, la primera “ministra” creada con inteligencia artificial para combatir la corrupción

Albania nombra a Diella, la primera “ministra” creada con inteligencia artificial para combatir la corrupción

Albania se convirtió en el primer país del mundo en nombrar a una ministra generada por inteligencia artificial. Se trata de Diella —cuyo nombre significa “Sol” en albanés—, un avatar diseñado para supervisar las contrataciones públicas con el objetivo de garantizar procesos “100% libres de corrupción”, según el primer ministro Edi Rama.

El gobierno presentó a Diella como un símbolo de modernización y transparencia en medio de los esfuerzos por acelerar el ingreso del país a la Unión Europea, bloque que ha cuestionado a Albania por sus recurrentes escándalos de fraude en obras y licitaciones. Vestida con atuendo tradicional albanés, la ministra virtual intervino por videomensaje en el Parlamento, asegurando que encarna los valores constitucionales “tan estrictamente como cualquier colega humano, tal vez incluso más”.

El sistema, desarrollado en colaboración con Microsoft y basado en un asistente digital previo del portal e-Albania, tendrá acceso a bases de datos estatales para detectar irregularidades en tiempo real. Rama destacó que Diella no duerme, no cobra salario ni tiene vínculos familiares, en alusión a los frecuentes casos de favoritismo en el país.

La iniciativa, sin embargo, generó polémica. La oposición denunció que el proyecto carece de transparencia y lo consideró una “cortina de humo” para encubrir prácticas corruptas. Además, expertos en inteligencia artificial advirtieron riesgos éticos y legales: sesgos en los datos, falta de supervisión humana efectiva y un vacío de responsabilidad sobre las decisiones automatizadas.

Pese a las críticas, el Parlamento aprobó la creación del cargo con mayoría socialista. El gobierno sostiene que Diella marcará un antes y un después en la gestión pública, mientras el debate internacional sobre los límites democráticos y éticos del uso de la IA en la política apenas comienza.

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