Falleció Gustavo Robledo Isaza, el “Hacedor de Imposibles” que transformó Manizales

Manizales está de luto. A sus 104 años, falleció Gustavo Robledo Isaza, exalcalde y una de las figuras más destacadas en la historia de la ciudad. Conocido como el “Hacedor de Imposibles”, su legado se mantiene vivo en la infraestructura y el desarrollo urbano de la capital caldense.
Aunque no formó parte del proceso de colonización, su trabajo como ingeniero civil permitió la expansión de Manizales, abriendo caminos y avenidas, conquistando terrenos montañosos y haciendo de la ciudad un lugar más accesible y moderno. Robledo Isaza obtuvo su título en la Escuela de Minas de Medellín y comenzó su trayectoria en la Secretaría de Obras Públicas de Manizales. Su primer proyecto fue el diseño de la Avenida Doce de Octubre, al que se sumaron múltiples obras que transformaron la ciudad.
Junto a su socio, Óscar Borrero, diseñó y construyó la Avenida del Centenario, y mientras ejecutaban esa vía, también hicieron realidad la emblemática Plaza de Toros de Manizales, en terrenos donados por don J. M. Bermúdez. Además, en 1946, entregó los diseños para la construcción del Aeropuerto de Santágueda, demostrando su visión de futuro para la conectividad de la región.
Durante su gestión como secretario de Obras Públicas en la alcaldía de Fernando Londoño, construyó la carretera al Nevado del Ruiz, a pesar de que los terrenos pertenecían a Villamaría. Años después, recordaba este episodio con humor, afirmando que “de pronto cometí un peculado, pero esa obra era absolutamente indispensable”. Su compromiso con la infraestructura vial también quedó reflejado en la pavimentación del tramo Mesones-Padua, de la vía al Magdalena, en 1966.
No solo dejó su huella en la construcción de carreteras y aeropuertos, sino que también impulsó el turismo hacia las aguas termales del Nevado del Ruiz. En 1955, fue alcalde durante la Primera Feria de Manizales, consolidando este evento como una de las tradiciones más importantes de la ciudad. Además, fue el autor intelectual del Aeropuerto de Palestina, un proyecto nacido de su inagotable imaginación y deseo de progreso para la región.
Más allá de su impacto en la ingeniería y el desarrollo de Manizales, Robledo Isaza era un personaje entrañable, conocido por su afición al aguardiente y por sus amenas tertulias. Durante años, encabezó una mesa de tinto en el desaparecido Café “La Cigarra”, donde las conversaciones comenzaban a las diez de la mañana y, en muchas ocasiones, se prolongaban hasta bien entrada la tarde.
Por su compromiso con la ciudad, su visión innovadora y su incansable labor cívica, Gustavo Robledo Isaza es recordado como uno de los personajes más influyentes en la historia de Manizales, a la par del padre Adolfo Hoyos Ocampo. Su legado permanecerá en cada calle, avenida y obra que ayudó a construir, demostrando que los sueños pueden hacerse realidad con esfuerzo y determinación.
Fotografía tomada de: Destino Café