Japón levanta su “Gran Muralla” contra los tsunamis y la refuerza con millones de árboles

Japón levanta su “Gran Muralla” contra los tsunamis y la refuerza con millones de árboles

Tras el devastador tsunami de 2011, que dejó cerca de 20.000 muertos y provocó la crisis nuclear de Fukushima, Japón emprendió una de las obras de ingeniería más ambiciosas de su historia: la construcción de un muro costero de 395 kilómetros y hasta 14 metros de altura, capaz de resistir olas equivalentes a 16 millones de toneladas de agua.

La infraestructura, cuya inversión superó los 12.000 millones de dólares, se apoya en cimentaciones de hasta 25 metros de profundidad y busca dar a las comunidades costeras tiempo vital para evacuar ante futuros maremotos. Como complemento, se plantaron más de 9 millones de árboles que actúan como “barrera natural”, reduciendo la energía de las olas y ayudando a recuperar los ecosistemas dañados.

Aunque la llamada “Gran Muralla” de Japón ha sido criticada por su elevado costo, el impacto en el paisaje y la pesca, las autoridades defienden que estas medidas son cruciales en un país donde se estima un 70 % de probabilidad de que Tokio enfrente un terremoto de magnitud 7 o mayor en las próximas tres décadas.

Con sirenas, rutas de evacuación seguras y esta red de muros y bosques protectores, Japón busca que tragedias como la de 2011 no se repitan.

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